miércoles, 18 de septiembre de 2013

Cómplices

Tú y yo solos, pero con todos a nuestro alrededor. Cruce de miradas. Sonrisas cómplices. Y es que en esos momentos sobraban las palabras. Ambos sabíamos cuánto nos queríamos, las ganas inmensas que teníamos de abrazarnos... Pero solo nosotros. Y cuando te miraba, mirabas a otro lado. Cuando me mirabas, miraba a otro lado. En busca de cualquier mínimo momento íntimo, un casi imperceptible roce, un beso... Siempre juntos, pero separados. Y es que, nadie se percataba de que, entre tanta gente, éramos uno. Éramos cómplices.

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